PAPA NOEL ES LA BURGUESÍA

PAPA NOEL ES LA BURGUESÍA

¿Sabías que darse los regalos en Navidad no solo tiene solo una generación en los países hispanoparlantes sino que son también muy recientes en el mundo anglófono? ¿Por qué celebramos el año nuevo el 1 de enero? ¿De dónde sale nuestro calendario de celebraciones navideñas?

Las civilizaciones agrarias de la Antigüedad asociaban el año nuevo de una manera u otra a los ciclos agrarios del hemisferio norte. Al acercarse la primavera arrancaba la floración y comenzaba la estación de las campañas militares. El «nowruz» persa es el 21 de marzo, día del equinocio; en China todavía se celebra el año nuevo en la luna nueva que queda entre el solsticio de invierno y el equinocio de primavera; el 1 de marzo era el año nuevo romano y tras él se sacaban armas y pertrechos para organizar las milicias que se habían lustrado y guardado en el «armilustrium» del octavo mes, octubre. Es cierto que el año nuevo «político» comenzaba en Roma el 1 de enero con la instalación de cónsules y que entre el siglo II y el IV, con la hipertrofia del estado imperial en la decadencia del sistema esclavista, la fecha tomo relevancia social. Pero aunque los años se dataran por los consulados, los festivales de año nuevo se seguían celebrando en marzo. Y desde luego el cristianismo no estuvo por mantener la fecha cuando se convirtió en religión de estado, al revés, desde sus primeros concilios como religión de estado prohibió la celebración. Pero a partir del siglo XI empieza a aparecer en Europa una nueva clase de mercaderes con una nueva relación con el tiempo.

En el Año Nuevo se sabía el «resultado del año», se calculaba el excedente. ¿Qué más natural que celebrarlo intercambiando regalos? Es difícil pensar una tradición más burguesa: celebrar el cierre de la contabilidad con una transgresión. Y no cualquiera: regalar, dar cosas a cambio de nada. El resultado fue que poco a poco los adultos [burgueses] consolidaron una tradición de intercambio de regalos el primero de enero, especialmente en los países donde el capitalismo se iba imponiendo. En el mundo anglosajón, cabeza del capitalismo triunfante, no se establecería una nueva tradición hasta finales del siglo XIX y cambiaría por… una oportunidad comercial. ¿Cuál? La aparición de los niños de las familias burguesas por primera vez como un mercado específico, algo que comenzaría tímidamente en los EEUU de 1820 pero que se masificaría y cruzaría fronteras sociales en un EEUU aterrorizado por los devastadores efectos demográficos de la guerra civil entre el Norte y el Sur.

La aparición de «Santa», una figura inspirada en una larga tradición de portadores solsticiales de regalos, desde el San Nicolás nor-europeo al Dev Moroz ruso es significativa de las «fuerzas de mercado» que llevan a la Navidad que hoy nos venden como «tradicional». El «Papa Noel» con el aspecto orondo de un tendero exitoso de la época dickensiana que carga mercaderías en un saco; el «Santa» que hoy conocemos, tiene autor y fecha de nacimiento: las ilustraciones de Thomas Nast entre 1863 y 1900. En la primera de ellas viste todavía una casaca azul estrellada, haciendo la bandera de los federales sobre la casaca azul de los soldados que morían como chinches en la guerra civil. Con todo la mortalidad por enfermedades del ejército unionista fue la más baja de un ejército moderno hasta la época… pero la retaguardia temía con razón las epidemias en un momento que, en el Norte en rápida industrialización, arranca la escolarización masiva. En otras palabras: alrededor de la guerra civil, los niños empiezan a recibir más inversión como parte de los requerimientos del desarrollo económico, a ser menos -los padres están en el frente- y a vivir sin embargo en un entorno al que la guerra hace sanitariamente más inseguro. Resultado: la familia pequeñoburguesa norteamericana de la guerra civil, típicamente granjera, empieza a valorar más a los hijos y su formación, las madres hacen de su «protección» parte del esfuerzo de guerra. Es el trauma de la guerra y los miedos que se mantendrían durante décadas, lo que hace que «Santa», los regalos navideños, la idea misma de la «reunión familiar» en Navidad, trascienda clases sociales y se convierta en parte de la culturacontemporánea, primero en EEUU para extenderse luego, durante la era imperialista, a todo el mundo.

Los regalos el día de Navidad, la centralidad de los niños, Santa Claus… son en realidad la evolución de una celebración contable, el fin del ciclo comercial, que se extiende a los niños y cambia de fecha porque los traumas de una guerra civil arrasadora han convertido por primera vez a los niños en «objetivos de mercado». La Navidad que hoy llaman «tradicional» no es otra cosa que un condensado de la historia de la mercantilizaciónde todo, desde el tiempo hasta los niños. Papá Noel no son los padres. Papá Noel es la burguesía.

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