ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN DE LA CONDUCTA DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES _ L. Bozhovich y L. Blagonadiezhina
El libro comienza con un artículo de L. J. Bozhovich que analiza teóricamente las fuerzas que impulsan la conducta humana, incluyendo necesidades, motivos, intenciones y deseos. Bozhovich utiliza tanto bibliografía como datos de investigaciones experimentales para abordar las causas del rezago en las investigaciones psicológicas en este ámbito, atribuyéndolo a dificultades metodológicas y teóricas. Un enfoque central es el tránsito de necesidades orgánicas primarias a motivos superiores, destacando la importancia de entender las condiciones y procesos psicológicos que permiten que la imaginación, los sentimientos y las ideas se conviertan en incentivos para la conducta humana.
El artículo de L. S. Slavina analiza cómo los objetivos e intenciones de los niños se convierten en motivaciones para su conducta. Identifica que un objetivo se vuelve motor de acción cuando ayuda a resolver conflictos entre necesidades opuestas. Inicialmente, los niños dependen del apoyo de adultos para motivarse en tareas difíciles. Aunque pueden formar intenciones, a menudo les cuesta realizarlas debido a su limitada capacidad para evaluar las dificultades. Los hallazgos tienen un valor pedagógico, indicando la importancia de educar a los niños para que orienten su propia conducta y motivaciones.
El artículo de E. I. Savoñko presenta datos experimentales sobre la importancia de la autovaloración del niño y la percepción que tienen los demás de él como motivos de su conducta. Los estudios muestran que, al pasar de la infancia a la adolescencia, la autovaloración se convierte en un factor clave en la motivación del adolescente, aunque la opinión de su entorno sigue influyendo. Una autovaloración bien orientada, gracias a una educación adecuada, es crucial para el desarrollo de una personalidad estable que pueda enfrentar influencias externas.
Los artículos siguientes analizan la estructura de la esfera de motivaciones del adolescente, destacando que una adecuada subordinación de los motivos es esencial para que surja una conducta orientada hacia objetivos específicos. En cada situación, un motivo o grupo de motivos dominantes influye en la conducta del adolescente. Se diferencia entre la orientación situacional, que se relaciona con la conducta en contextos específicos, y la orientación de la personalidad, que refleja la constancia en la conducta y la actitud del individuo hacia el entorno y hacia sí mismo. Esta orientación de la personalidad surge de motivos dominantes y estables que determinan la jerarquía de motivaciones en cada persona.
Los estudios de M. S. Neymark se centran en la orientación de la personalidad, utilizando técnicas experimentales para diferenciar a los niños según la estabilidad de su personalidad y el carácter de su orientación. En colaboración con V. K. Chudnovski, compararon datos de diferentes aplicaciones de estas técnicas, validando su eficacia para el estudio de la orientación de la personalidad. Los resultados indican que, desde la adolescencia, comienza a surgir una orientación estable. Neymark también analiza la relación entre la orientación de la personalidad y características específicas de los niños, así como la correlación entre el tipo de orientación y el afecto de inadecuación, que se asocia con una orientación egoísta. Esta conclusión es relevante desde el enfoque pedagógico, ya que la persistencia del afecto de inadecuación puede llevar a conductas y rasgos negativos en la personalidad.
El artículo de G. G. Bochkarieva presenta un estudio sobre las peculiaridades de la esfera de motivaciones en jóvenes delincuentes, basado en un amplio análisis de datos. La autora compara las motivaciones de estos delincuentes menores con las de escolares normales y destaca la importancia de clasificar a los delincuentes en grupos según la estructura de sus motivaciones. Esta clasificación se basa en la correlación entre sus necesidades antisociales y las tendencias morales que podrían contrarrestarlas. Cada grupo muestra una actitud diferente hacia sus delitos y presenta rasgos de personalidad distintivos. Esta diferenciación es crucial para desarrollar estrategias de reeducación específicas. En general, los métodos experimentales utilizados han permitido reunir datos científicos y establecer regularidades psicológicas, aunque aún no se han clarificado completamente los contenidos de las motivaciones y comportamientos en los niños.
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El artículo de L. S. Slavina analiza cómo los objetivos e intenciones de los niños se convierten en motivaciones para su conducta. Identifica que un objetivo se vuelve motor de acción cuando ayuda a resolver conflictos entre necesidades opuestas. Inicialmente, los niños dependen del apoyo de adultos para motivarse en tareas difíciles. Aunque pueden formar intenciones, a menudo les cuesta realizarlas debido a su limitada capacidad para evaluar las dificultades. Los hallazgos tienen un valor pedagógico, indicando la importancia de educar a los niños para que orienten su propia conducta y motivaciones.
El artículo de E. I. Savoñko presenta datos experimentales sobre la importancia de la autovaloración del niño y la percepción que tienen los demás de él como motivos de su conducta. Los estudios muestran que, al pasar de la infancia a la adolescencia, la autovaloración se convierte en un factor clave en la motivación del adolescente, aunque la opinión de su entorno sigue influyendo. Una autovaloración bien orientada, gracias a una educación adecuada, es crucial para el desarrollo de una personalidad estable que pueda enfrentar influencias externas.
Los artículos siguientes analizan la estructura de la esfera de motivaciones del adolescente, destacando que una adecuada subordinación de los motivos es esencial para que surja una conducta orientada hacia objetivos específicos. En cada situación, un motivo o grupo de motivos dominantes influye en la conducta del adolescente. Se diferencia entre la orientación situacional, que se relaciona con la conducta en contextos específicos, y la orientación de la personalidad, que refleja la constancia en la conducta y la actitud del individuo hacia el entorno y hacia sí mismo. Esta orientación de la personalidad surge de motivos dominantes y estables que determinan la jerarquía de motivaciones en cada persona.
Los estudios de M. S. Neymark se centran en la orientación de la personalidad, utilizando técnicas experimentales para diferenciar a los niños según la estabilidad de su personalidad y el carácter de su orientación. En colaboración con V. K. Chudnovski, compararon datos de diferentes aplicaciones de estas técnicas, validando su eficacia para el estudio de la orientación de la personalidad. Los resultados indican que, desde la adolescencia, comienza a surgir una orientación estable. Neymark también analiza la relación entre la orientación de la personalidad y características específicas de los niños, así como la correlación entre el tipo de orientación y el afecto de inadecuación, que se asocia con una orientación egoísta. Esta conclusión es relevante desde el enfoque pedagógico, ya que la persistencia del afecto de inadecuación puede llevar a conductas y rasgos negativos en la personalidad.
El artículo de G. G. Bochkarieva presenta un estudio sobre las peculiaridades de la esfera de motivaciones en jóvenes delincuentes, basado en un amplio análisis de datos. La autora compara las motivaciones de estos delincuentes menores con las de escolares normales y destaca la importancia de clasificar a los delincuentes en grupos según la estructura de sus motivaciones. Esta clasificación se basa en la correlación entre sus necesidades antisociales y las tendencias morales que podrían contrarrestarlas. Cada grupo muestra una actitud diferente hacia sus delitos y presenta rasgos de personalidad distintivos. Esta diferenciación es crucial para desarrollar estrategias de reeducación específicas. En general, los métodos experimentales utilizados han permitido reunir datos científicos y establecer regularidades psicológicas, aunque aún no se han clarificado completamente los contenidos de las motivaciones y comportamientos en los niños.
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